jueves, 9 de febrero de 2017

Voluntaria: Escarlata en Tánger (Marruecos) Julio 2016

“Mi segunda oportunidad”

Parte 2



Sentirse en casa, en una ciudad diferente, con tantos contrastes, con una cultura y religión distintas; hace que la experiencia sea más intensa aún. La gente es muy acogedora, buena y ofrece ayuda. Esto hace, que a pesar de los contrastes que ves en las propias calles, del dolor de ver a niños abandonados a su suerte; sientas que estás en un lugar con posibilidades, que no eres tan extraña y que puedas “desenvolverte” por sus calles.

Pero esto no sería posible, sin la información, el cuidado, los detalles y todo lo inimaginable que puedan ofrecer en esta Comunidad. He tenido la suerte de conocer a las religiosas un poquito más, incluso de vivir en casa. Mujeres admirables, que se desviven por las niñas de Dar Tika y los peques de la guarde; por sus familias, por la gente de alrededor…  No tengo más que agradecimiento, aunque me cueste expresarlo.

Y también, la oportunidad de compartir experiencia con Belén, con la suerte de habernos llevado bien, de haber aprendido de ella, de haber tenido nuestros ratos de risa, conversaciones…  Y con otra religiosa que no forma parte de la Comunidad de Tánger, Cris. Sin duda, ha hecho que lo viva de forma diferente; que haya podido conocerla un poquito más y que le tenga aún más cariño por haber compartido un trocito de algo tan especial para mí, como es Dar Tika, Tánger.

Vivir Tánger, de nuevo, en otro momento vital, compartido con tan buena gente, ha hecho que siga queriendo dar parte de mí y de mi tiempo a otros, en el día a día; y puede que en otros lugares. Porque es mucho lo que te llevas, lo que creces, lo que aprendes… Es toda una aventura, una experiencia de VIDA; un regalo… Y más aún, con la visita de mis padres. Poder enseñarles algo de lo que tanto les he hablado, que conociesen parte de la ciudad, que se emocionasen, que viesen Dar Tika, que sintiesen durante un ratito lo que es estar rodeados de esas maravillosas niñas, que pudiésemos compartir parte del día con Lolin y Tete; para que así ellos entiendan mejor qué me mueve a ser voluntaria.



Aquí, los sentidos están abiertos, y mirar desde otra perspectiva, escuchar conociendo algo, oler por segunda vez, hablar desde el respeto y palpar con cariño; hace que todo vaya calando poco a poco, que sigas transformándote, siendo auténticamente tú.
Me traigo tantas conversaciones, tanta risa, tantos ratos, anécdotas, buena comida, tanto Dios cercano, aprendizaje, crecimiento, observaciones, barreras rotas…  Tanto, que no me cabe dentro.
Sukran.


María Escarlata.

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